Discalculia

Discalculia. Características, diagnóstico y tratamiento de un niño

Discalculia es un término relativamente nuevo, pero con un valor bastante grande para muchas personas que han pasado muchísimos años sin saber que les pasaba. El termino erróneamente se asocia a la dislexia, pero realmente no tienen nada que ver.

En este articulo hablaremos de lo que es la discalculia, como se diagnostica y cuáles son las características de esta mal llamada dislexia numérica.

También hablaremos del tratamiento, algo que muchas personas están buscando para superar este problema con las matemáticas. Por último, trataremos un término que consideramos clave para comprender esta sintomatología, es decir, la discalculia visoespacial.

Apartados de la publicación
  1. ¿Qué es la discalculia?
    1. Discalculia en niños
  2. Discalculia visoespacial
  3. ¿Es una dislexia numérica?
    1. ¿Existe una verbal? 
  4. Características y diagnóstico
  5. Tratamiento de la discalculia

¿Qué es la discalculia?

La discalculia es un estado neurológico en el que se encuentra una persona y que le dificultad para correcta comprensión de las matemáticas. Las personas que padecen discalculia no comprenden los conceptos más básicos de las matemáticas, pero si algún día llegan a comprenderlos se produce un problema mucho más gordo con el resto de los contenidos.

Se dice que en torno al 4% de la población mundial tiene discalculia, pero en diferentes grados de afectación. Los casos más leves implican no saber qué hacer con las operaciones simples, pero en los más grandes las dificultades se extrapolan más allá del entorno escolar. Por ejemplo, en tareas cotidianas tan básicas como preparar un plato con una receta o ir a comprar no pueden hacerlo, ya que todo lo que implica números se produce en un ambiente de dificultad.

Desde los primeros investigadores de la discalculia, a principios del siglo XX, se ha hablado de que en estas personas existe un daño cerebral de origen genético. Estos problemas con las matemáticas, por lo tanto, vienen en la persona, y no se puede achacar a algo provocado o por algún accidente, como es el caso de la acalculia.

También se ha demostrado que la discalculia podría estar asociada a otros trastornos del aprendizaje. En torno al 30% de las personas diagnosticadas, también tenían dislexia, disgrafia o TDAH.

Discalculia en niños

La discalculia se aprecia mejor en niños y niñas pequeñas. Es en edades tempranas cuando se empiezan a ver dificultades y problemas con las matemáticas. Las señales no son siempre fáciles de ver. Hay que tener en cuenta que existen muchos otros problemas en los pequeños que hacen que tengan problemas con las matemáticas.

Como hemos dicho, es una anomalía neuronal, que afecta al cerebro de las personas y que en muchas ocasiones es genético. No se ha apreciado que sea hereditario, pero en niños y niñas es cuando se comienzan a ver estas dificultades ya que se está trabajando las matemáticas día sí y día también.

El equipo pedagógico y docente deben ser los primeros en darse cuenta de las señales que a continuación les mostraremos, ya que son ellos los que más tiempo estarán trabajando las matemáticas con los niños y niñas.

La discalculia provoca en los niños que no tengan la conciencia numérica, por ejemplo, no sabiendo que el cinco y el 5 es lo mismo, o por ejemplo que un número es mayor que otro. Tampoco será capaz de comprender un problema determinado.

Discalculia visoespacial

El procesamiento visoespacial es algo que tenemos todos. Lo hemos utilizado alguna vez en nuestra vida, y más de lo que nos pensamos. Por ejemplo, cuando nos vamos de viaje a un lugar que hace mucho tiempo que no visitamos, y debemos encontrar una calle. En este caso tenemos que ir haciendo memoria y pasando calle por calle. El procesamiento visoespacial nos ayudará a llegar.

En las matemáticas el procesamiento visoespacial es la capacidad para encontrar las soluciones a un problema haciendo un recorrido previo. Por lo tanto, debemos ir de un punto A a un punto C, pasando por un punto B.

La persona con discalculia no será capaz de encontrar el punto C nunca, ya que no sabrá el recorrido que tiene que hacer para llegar a él. También se da la circunstancia que debe conocer que es el punto A y el punto C. Siendo esto muy difícil de que ocurra.

Pongamos un ejemplo, un niño o niña con discalculia tiene que resolver la siguiente operación; 25+6= …. El primer lugar el niño tiene que reconocer que es lo que se está pidiendo, encontrándonos en el punto A. En segundo lugar, en el punto B, debe aplicar las fórmulas para resolver la operación, siendo este punto el más complejo para ellos. El punto C, sería el resultado obtenido.

Si el niño no se ha perdido al principio, es muy difícil que pase del punto B. Por ello la discalculia visoespacial tiene un papel muy importante a la hora de realizar el tratamiento de un niño con discalculia.

¿Es una dislexia numérica?

A todos los que se refieran a la discalculia como una dislexia numérica debemos decirles que están equivocados en el uso de los términos. La discalculia no es una dislexia numérica. Este término está mal empleado.

Para empezar, debemos tener claro que una dislexia es una dificultad en la lectura y la ortografía. Aunque también a las dificultades ortográficas se le llama disgrafia. Son tres términos totalmente diferentes.

Como hemos dicho anteriormente, puede haber una comorbilidad entre la dislexia y la discalculia. También entre la discalculia y el TDAH o la disgrafia. Todas ellas se pueden complementar las unas a las otras, pero en ningún caso es lo mismo.

La dislexia también puede ser la causa de que los niños y las niñas tengan problemas con las matemáticas, pero en este caso no estaríamos hablando de una persona con discalculia. Tendría dislexia, que al mismo tiempo le está haciendo que no pueda leer bien los números.

¿Existe una verbal? 

Al contrario que la anterior, podemos decir que si existe la discalculia verbal. Esta se enmarca en los tipos de discalculia que existen. La verbal se percibe cuando un niño o niña o es capaz de enumerar cantidades u operaciones mentales de forma verbal. Tampoco reconocería los números cuando son expresados por otra persona. Por ejemplo, si en el colegio cantamos la canción de los números, la persona con discalculia no estará haciendo la organización pertinente.

También es importante destacar que existen otros tipos de discalculia, como la léxica (que no es lo mismo que dislexia), que se aprecia cuando el niño o la niña no puede leer los símbolos matemáticos ni los números; la gráfica, que se da cuando tiene dificultades en los símbolos, a pesar de que entiende la operación; la operacional, donde se muestran dificultades para hacer operaciones; la practognóstica, que consiste en la realización de operaciones más complejas con cantidad, tamaño, altura, etc. Por último, la ideognóstica es la que consiste en la dificultad para hacer relaciones numéricas.

Esta clasificación fue realizada por Kosch, un autor de los años 70. Para nosotros es una de las más acertadas, ya que las personas con discalculia pueden verse afectadas por todos los tipos, por únicamente una de las clases de discalculia o por algunos si y otros no. Puede haber muchas variantes.

Características y diagnóstico

Como hemos comentado anteriormente, el docente o el equipo pedagógico deben darse cuenta cuando existe un alumno o alumna con discalculia. Normalmente los signos de alarma empiezan desde muy pequeños.

En primer lugar, el pedagogo debe ver si el niño tiene dificultades para reconocer los números. Lo normal, es que cuando empiezan a contar del uno al cinco, no sean capaces. Esto se produce en torno a los 4 o 5 años. Lo más normal en casos de discalculia es el que niño se pierda al contar.

También podemos apreciar, ya con un poco más de edad, sobre los seis años, que tienen dificultades para aparentar el signo numérico con su nombre escrito. Por ejemplo, no serían capaces de relacionar el numero 8 con el nombre escrito ocho.

Otro signo de alarma se produce cuando se comienzan a realizar las operaciones matemáticas simples como las sumas y restas. Los niños y niñas pueden ser incapaces de resolverlos. Les costará mucho encontrar las estrategias para trabajar con ellos.

Cuando aprendan a leer, se trabarán en el momento que vean números. También aparecerán en el niño o niña bloqueos a la hora de las matemáticas. Aunque no lo tenemos que confundir con la ansiedad por las matemáticas, en los niños con discalculia también apreciamos ansiedad cuando toca la asignatura de matemáticas. Ver al resto de compañeros avanzar provocará una frustración en ellos.

Estos son solo algunos de los signos de alarma, hay más, pero nadie mejor que el docente, o incluso los padres y madres para ver que su hijo tiene algo más que problemas con las matemáticas.

La discalculia no se manifiesta a una edad, como hemos dicho es algo genético, que suele venir desde pequeño, salvo cuando hablamos de acalculia, provocada por un acontecimiento como un accidente.

Tratamiento de la discalculia

Nos gustaría decir que hay una pastilla que cure la discalculia. Pero al igual que la dislexia, la disgrafia o el TEA, no hay una píldora mágica. En este caso, la mejor pastilla es la pedagogía. Los niños con discalculia tienen que recibir apoyos por parte de equipos pedagógicos y de la educación especial.

En las aulas especializadas los niños y niñas irán recibiendo diferentes estrategias para aprender a resolver problemas matemáticos. Sin embargo, esto no será de la noche a la mañana. Los profesionales pedagogos y pedagogas realizaran diferentes trabajos de apoyo para mejorar su comprensión matemática.

Por ejemplo, podemos hablar de algunos gabinetes que utilizan apoyos multisensoriales, donde trabajan con los sentidos para llegar a una comprensión numérica. El apoyo con imágenes es fundamental para ellos.

Otros pedagogos y pedagogas utilizan juegos numéricos, muy importantes también para desarrollar conciencia numérica. Otras estrategias que a nosotros nos gustan menos es trabajar la discalculia desde la memorización. Consideramos que no es buena ni práctica.

También en algunos gabinetes se trabaja sobre las secuencias, es decir, ante determinados problemas, se enseña paso a paso para que el niño o la niña llegue a la resolución. También se suele trabajar con ellos desde el ámbito de los grupos de autonomía. Este trabajo se hace para ganar autonomía en aspectos básicos de la vida diaria. En este caso el pedagogo o pedagoga enseña al niño con discalculia a ir al supermercado, coger la guagua, contar el dinero, etc.

Existen otros tratamientos, pero el mejor, como decimos es el pedagógico. Ayudar al niño o la niña, darle su tiempo para el aprendizaje, y sobre todo hacer que se sienta bien a nivel emocional debe ser lo primero. También es fundamental el diagnóstico precoz, para empezar este trabajo lo antes posible.

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