El cuarto nivel de Maslow es algo de lo que se habla muy poco en pedagogía, pero que deberíamos tener muy presente.
El comportamiento de los niños y niñas en muchas ocasiones puede ser malinterpretado. A veces, los actos inexplicables y la aparente necesidad de atención pueden dejar a los educadores perplejos y frustrados. Durante mucho tiempo, estos comportamientos se atribuían simplemente a la «llamada de atención». En nuestras clases hemos tratado de solucionar esto brindando un reconocimiento positivo cuando los niños se comportaban bien. Todo ello con la esperanza de que esta validación y elevación de su estatus en el aula disuadiría el comportamiento disruptivo.
Sin embargo, este enfoque, aunque bienintencionado, solo acierta parcialmente. Lo que inicialmente diagnosticamos como un problema de autoestima en realidad es más complejo y radica en una comprensión más profunda de las necesidades psicológicas básicas de los niños.
Algunos apuntan a las redes sociales como la fuente del problema, otros a la educación recibida en casa, mientras que otros lo atribuyen simplemente a los rasgos típicos de ciertos grupos de edad. Sin embargo, al revisar la pirámide de necesidades de Maslow, una teoría psicológica que propone diferentes niveles de necesidades humanas fundamentales, encontramos una posible solución. Específicamente, nos centraremos en la cuarta necesidad: la estima.
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¿Qué dice el cuarto nivel de Maslow?
La necesidad de estima, según Maslow, se refiere a la necesidad de respeto, autoestima, reconocimiento y libertad. Se puede dividir en dos categorías: la estima de uno mismo (dignidad, logro, dominio) y el respeto de los demás (reconocimiento, atención). Aquí es donde comienza a tener sentido el comportamiento del alumnado.
La necesidad de ser respetado e impresionar a sus compañeros puede llevar a algunos estudiantes a actuar de formas que pueden parecer ilógicas o contraproducentes. Este deseo de estima puede causar que ignoren sus propias habilidades y logros y que limiten su éxito en el aprendizaje.
Reconocer esto puede cambiar radicalmente nuestro enfoque como educadores. Al entender mejor las necesidades de estima de los estudiantes, podemos comenzar a ayudarlos a satisfacerlas de manera saludables y beneficiosas. En lugar de tratar de suprimir los comportamientos de búsqueda de atención, podríamos trabajar para fomentar la autoestima saludable, el reconocimiento y el respeto mutuo en el aula.
Este cambio de perspectiva podría ser revolucionario. En lugar de tratar de combatir el comportamiento de los estudiantes, podríamos trabajar para comprenderlo y, a través de ese entendimiento, fomentar un entorno de aprendizaje más saludable y productivo. La estima no es simplemente una parte del rompecabezas de la psicología del estudiante; es una pieza clave que durante mucho tiempo se ha pasado por alto.
¿Cómo afecta la pirámide de Maslow en el aprendizaje?
Para poder trabajar con la motivación y la estima con el alumnado debemos comprender las necesidades que tienen los seres humanos. Estos afectan a nuestra capacidad para ser felices, y en consecuencia, para obtener más motivación. Maslow conformó su pirámide en base a cinco niveles de necesidad.
En el primer nivel se encuentran las necesidades básicas, en el segundo la seguridad, en el tercero las sociales, en el cuarto la estima y finalmente, el quinto lo forma la autorrealización. Esta jerarquía es muy importante para que el alumnado pueda estar bien y en consecuencia aprender.
Según Maslow, en las primeras cuatro fases de su teoría de la motivación (necesidades fisiológicas, de seguridad, sociales y de estima), nuestras reacciones son predominantemente reactivas. No experimentamos una respuesta emocional particularmente notoria cuando estas necesidades están satisfechas. Por el contrario, si se nos priva de ellas, surgen sentimientos de inquietud o ansiedad. Por ejemplo, después de disfrutar de una comida satisfactoria, no sentimos una oleada de motivación. Pero el hambre puede interrumpir nuestra capacidad de concentrarnos.
Cuando estas necesidades básicas no se cumplen, nos encontramos en un estado de estrés y ansiedad. La falta de cumplimiento de estas necesidades tiene un impacto negativo en nosotros, mientras que su satisfacción simplemente nos permite evitar experiencias o reacciones desagradables.
El escalón más alto de la pirámide de necesidades de Maslow introduce un cambio crucial en el comportamiento y la motivación. Esta quinta etapa se denomina autorrealización. A diferencia de las etapas inferiores, la autorrealización es lo que Maslow define como una «necesidad de crecimiento». En este nivel, la energía que antes se manifestaba como ansiedad en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades inferiores, se transforma en un impulso positivo hacia la mejora personal y el autodesarrollo.
¿Cómo se llevan a cabo los tres primeros niveles de Maslow en la educación?
Para poder llevar a cabo este análisis te hablaremos de cada uno de los niveles por separado. Con ello pretendemos que comprendas cómo se llevan a cabo los tres primeros niveles.
Nivel 1: Requisitos físicos esenciales
Las necesidades fisiológicas representan las demandas más básicas y vitales para la supervivencia humana, tales como agua, alimento, vestimenta, abrigo y descanso. Maslow colocó estas necesidades en la base de su pirámide, indicando su prioridad máxima. El cumplimiento de estas necesidades debe ser primordial antes de poder avanzar hacia las siguientes etapas.
Resulta crucial reconocer el inmenso peso que estas necesidades básicas tienen en la vida de un individuo. Los estudiantes que sufren de hambre o falta de sueño se ven obstaculizados en su habilidad para aprender. No es una elección consciente ignorar el aprendizaje, pero sus condiciones físicas y cerebrales hacen extremadamente desafiante el proceso.
Nivel 2: Requisitos de seguridad y protección
Considera la variedad de necesidades que abarca la categoría de seguridad: protección contra elementos, seguridad personal, orden, leyes, estabilidad y ausencia de temor. En esta etapa, aspectos como la previsibilidad, el control sobre la propia vida, la seguridad emocional y la estabilidad social son centrales.
Instituciones como la familia y la escuela suelen proporcionar estas necesidades de seguridad. La educación desde el jardín de infantes hasta el grado 12, que proporciona una fuente de estabilidad significativa para los estudiantes, si no es coherente, predecible y rutinaria, puede dejar a los estudiantes sintiéndose insatisfechos. Las interrupciones en la rutina educativa, como el cambio abrupto de clases presenciales a clases virtuales, pueden alterar la sensación de confort que brinda una rutina regular. Las rutinas escolares y de aula contribuyen a la sensación de seguridad de los estudiantes en este nivel.
Nivel 3: Necesidades de amor y pertenencia
Tras haber cubierto las necesidades físicas y de seguridad, la tercera fase se enfoca en las relaciones sociales y la sensación de pertenencia. Este nivel trata más de evitar la exclusión y el aislamiento que de alcanzar un cierto estatus (el cual se relaciona más con el cuarto nivel de Maslow).
Los estudiantes, además de en sus familias, suelen encontrar un sentido de pertenencia en las escuelas. El aula puede funcionar como una familia extendida, y los círculos de amigos, clubs y equipos deportivos proporcionan un sentido de inclusión. Los estudiantes que carecen de amor y pertenencia en su hogar pueden buscar y encontrar parte de estas necesidades en el ámbito escolar y social. Esto puede lograrse mediante la disposición de los asientos en el aula, grupos de compañeros de clase, un ambiente de cuidado y compasión generalizado, y mostrando interés en los estudiantes más allá de su rol como aprendices.
Por ejemplo, al introducirnos en la perspectiva técnica, se presenta como una visión racionalista, empírica y analítica. Esta perspectiva técnica intenta atribuir una explicación científica a todo. Se basa en hechos objetivos y demostrables. Por ejemplo, ante un grupo de estudiantes que demuestran un alto rendimiento en matemáticas, esta perspectiva intentaría descubrir la razón empírica detrás de tal rendimiento mediante la investigación.
La perspectiva técnica en la didáctica y pedagogía intenta explicar los fenómenos a través de la objetividad, midiendo los resultados y minimizando los aspectos personales y contextuales.
Cuarto nivel de Maslow
Examinemos de cerca nuestras concepciones previas acerca de la motivación de los estudiantes bajo la lente del cuarto nivel de Maslow. Comprenderemos que aspectos como una vestimenta apropiada, la aspiración por estabilidad e incluso una sensación de amor y pertenencia son de hecho necesidades deficitarias.
Un error común consiste en considerar que la estima pertenece a la categoría de autorrealización, pues ambos parecen impulsar la mejora personal. Sin embargo, mientras esto es cierto para la autorrealización, la estima se ubica dentro de las necesidades deficitarias. En otras palabras, la motivación surge a partir de los sentimientos negativos provocados por la falta de estima.
Dos tipos de estima en el cuarto nivel de Maslow
Maslow distingue dos tipos de estima: la autoestima y el reconocimiento por parte de los demás. Este último, que abarca conceptos como reputación y respeto de los demás, es de mayor importancia, particularmente para los niños y adolescentes. La necesidad de reconocimiento se manifiesta antes de que se forme una verdadera autoestima.
La necesidad de ser reconocidos y respetados por los demás tiene una relación directa con la disposición de los estudiantes para asumir riesgos en el aula. Si un estudiante se siente vulnerable, es menos probable que se involucre en actividades que puedan amenazar su necesidad de estima. Sin embargo, aquellos estudiantes que ya han ganado un estatus entre sus compañeros pueden recuperarse de situaciones que, de otro modo, podrían disminuir su estatus social.
Frecuentemente notamos que algunos estudiantes se preocupan más por la opinión que los demás tienen de ellos que por su propio éxito. Esta es la etapa de estima que estamos observando. Los adultos suelen intentar desviar la atención de los niños de la necesidad de reconocimiento externo hacia la satisfacción interna, pero los resultados no son siempre exitosos. Según Maslow, este no es un dilema del tipo «¿qué fue primero, el huevo o la gallina?».
Dificultades para satisfacer la necesidad de estima en el cuarto nivel de Maslow
Aquí radica la dificultad de satisfacer las necesidades de estima: no se pueden falsificar. Los elogios superficiales y los logros inflados no aumentan la autoestima de un estudiante ni mejoran su reputación ante los demás. Debido a que la estima está vinculada con las percepciones internas que las personas tienen de sí mismas, cuando se entregan trofeos de participación, por ejemplo, los receptores entienden que no se los ganaron realmente.
Por lo tanto, aunque la retroalimentación positiva es bienvenida, no tiene un impacto positivo en la confianza que las personas tienen en sí mismas. De hecho, puede tener un efecto contrario, pues resalta la ausencia de verdadero éxito, lo que puede disminuir la creencia de las personas en su propio valor o habilidad.
Cuando trabajamos conscientemente para atender las necesidades de estima de nuestros estudiantes, debemos proporcionar experiencias genuinas de aprendizaje, competencia, independencia, reconocimiento y confianza. Aunque la estima es una cualidad interna, depende de las experiencias externas para ser reforzada o desarrollada.
Papel de la confianza en el cuarto nivel de Maslow
La confianza, un elemento estrechamente relacionado con la estima, se nutre al superar desafíos. Explican que el fracaso rápido, seguido de la utilización de las lecciones aprendidas de estos fracasos iniciales para finalmente alcanzar el éxito, es una de las formas en que se construye la confianza.
Si finalmente no se alcanza el éxito, y de una manera auténtica, entonces la persona simplemente se queda con un sentimiento de fracaso y es fácil imaginar lo que eso le hace a la estima. La fórmula sería el desafío más el éxito es igual al aumento de la confianza.
Si el éxito parece fuera de alcance, entonces el foco del educador debe desplazarse hacia la minimización del impacto negativo que un evento en el aula pueda tener sobre la autoestima del estudiante. Tácticas como «pedir ayuda a un amigo» tienen ese potencial.
Si a los estudiantes se les pide que den una respuesta y luego se les invita a obtener ayuda de un compañero, la pregunta se transfiere al compañero, el estudiante inicial ve la oportunidad de un aumento de estatus entregado a un compañero de clase.
Sin embargo, si al estudiante inicial se le da la opción de solicitar una pista o una sugerencia de ese compañero de clase, el estudiante original mantiene la sensación de éxito. Un paso importante para cultivar la estima en nuestras aulas sería reducir el énfasis que ponemos en las respuestas correctas. Promovamos el aprendizaje en cada etapa del proceso. Cuando los estudiantes sienten que deben saber las respuestas desde el comienzo de una lección, esto puede crear presiones innecesarias y obstaculizar su crecimiento y desarrollo.
Idea final del cuarto nivel de Maslow
La atención a las necesidades de estima de nuestros estudiantes debe ser auténtica, consciente y considerada. Debe permitirles experimentar la competencia y el reconocimiento de una manera real y significativa, reforzando su sentido de autoestima y ayudándolos a navegar y superar los desafíos con confianza.
Recordemos siempre que las necesidades de estima, como todas las necesidades en la jerarquía de Maslow, son fundamentales para el desarrollo y el bienestar de cada estudiante.
10 estrategias para aumento de la estima del alumnado (cuarto nivel de Maslow)
Te dejamos 10 estrategias que consideramos que serían útiles para construir la estima del alumnado:
- Elogio auténtico: los elogios deben ser reales y específicos. Elogiar el esfuerzo, la dedicación y el progreso, más que sólo los resultados, ayuda a construir la autoestima.
- Proporcionar roles de liderazgo: permitir a los estudiantes tomar el control de ciertas tareas o actividades, promoviendo su capacidad para asumir responsabilidades y liderar.
- Enseñar habilidades de autoafirmación: ayudar a los estudiantes a expresar sus pensamientos y sentimientos de manera efectiva, y a defender sus propios derechos de una manera respetuosa.
- Fomentar la independencia: los estudiantes deben tener oportunidades para tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos.
- Establecer metas alcanzables: ayudar a los estudiantes a establecer y alcanzar metas realistas puede fomentar un sentido de logro y aumentar su confianza en sí mismos.
- Reconocimiento público de los logros: celebrar los logros de los estudiantes de manera pública puede aumentar su sensación de valor y éxito.
- Crear un ambiente de aula inclusivo y respetuoso: un ambiente en el que todos se sientan valorados y aceptados puede ayudar a construir la autoestima de los estudiantes.
- Promover la resiliencia: enseñar a los estudiantes a superar los fracasos y los contratiempos, a verlos como oportunidades de aprendizaje y no como una reflexión de su valor personal.
- Ofrecer feedback constructivo: la crítica puede ser destructiva si no se maneja adecuadamente. El feedback debe ser constructivo y enfocado en el comportamiento o la tarea, no en la persona.
- Incorporar actividades de autoreflexión: actividades como diarios o actividades de arte que permiten a los estudiantes expresar sus pensamientos y sentimientos pueden ayudar a aumentar su autoconciencia y autoestima.