Mi hijo no responde a su nombre

Mi hijo no responde a su nombre. ¿Por qué puede estar pasando?

Mi hijo no responde a su nombre, ¿Qué le puede estar pasando? Pues bien, para responder a esta pregunta tenemos que observar otras cuestiones que no tienen nada que ver con esto. Probablemente sea un tema que te preocupe mucho.

En nuestro centro educativo hay varios niños de diferentes edades que no responden al nombre. No todos lo hacen por la misma causa. Por ello, desde nuestra experiencia les explicaremos cada uno de los casos y cuales pueden ser las posibles soluciones.

Si tu hijo no responde al nombre puede deberse por varias razones, unas muy graves y otras que no tienen apenas importancia. Las más graves pueden ir desde una sordera hasta un trastorno del espectro autista y las mas suaves pueden ir desde una edad cronológica en la que todavía no lo reconoce hasta alguna dificultad en el lenguaje comprensivo.

De todas trataremos de hablarte brevemente, tratando de que las identifiques. Sin embargo, desde Pedagogía Millennial, insistimos ante cualquier duda de algo grave, debes acudir a un profesional que te asesore. Psicomotricistas relacionales, logopedas o pedagogos son los profesionales que te darán el mejor diagnostico.

Apartados de la publicación
  1. Mi hijo no responde a su nombre. Posibles causas.
    1. Edad cronológica insuficiente.
    2. Mi hijo no responde a su nombre por que tiene un retraso madurativo.
    3. Dos nombres
    4. Mi hijo no responde a su nombre debido a la Hiperactividad
    5. Dificultades en el lenguaje comprensivo
    6. Déficit de atención
    7. Sordera
    8. Mi hijo no responde a su nombre debido a un Trastorno del espectro autista.

Mi hijo no responde a su nombre. Posibles causas.

Como hemos dicho, no hay una sola posible causa. Hay varias a las que podemos prestar atención. Normalmente cuando un padre o una madre ve que su hijo no responde al nombre comienza a preocuparse.

La cuestión es que es una preocupación que comienza desde bien temprano. Vemos que nuestro hijo responde ante otros ruidos, pero no hace ningún gesto cuando decimos en voz alta su nombre. Como hemos dicho, en el colegio tenemos algunos casos que es bueno que nombremos, para ver si identificas a tu hijo entre ellos.

Las posibles causas son trastorno del espectro autista, sordera, déficit de atención, dificultades en el lenguaje comprensivo, hiperactividad, tiene dos nombres, retraso madurativo o una edad cronológica insuficiente.

Para identificar la causa real lo mejor es acudir a un profesional, tal y como te hemos dicho anteriormente. Nosotros te vamos a poner algunas de las características más generalizadas que utilizamos los pedagogos y pedagogas para identificar la dificultad en el menor.

Edad cronológica insuficiente.

Si por algo nos caracterizamos los seres humanos es por la poca capacidad de espera. Pensamos que nuestro niño nada más nacer o a los pocos meses comienza a responder a su nombre. Pero no es así, debemos ser pacientes y esperar un poco.

Eso si, es muy importante que desde el primer día empecemos a llamarlo por el nombre. Aunque sea muy pequeño esta comenzando a reconocer que cuando decimos esa palabra nos estamos refiriendo a él o ella.

La edad cronológica en la que el niño o niña puede empezar a responder al nombre se encuentra entre los 8 y los 10 meses. En algunos casos se prolonga hasta los 12 meses. Por ello, es importante que seamos pacientes a la hora de que nos responda.

Mi hijo no responde a su nombre por que tiene un retraso madurativo.

Las etapas del neurodesarrollo son peldaños en los que se supone que todos los niños están a una determinada edad. A pesar de ello, hay niños y niñas que por diferentes motivos no se desarrollan al mismo ritmo que el resto.

Siendo claros, tenemos que decir que el niño no hace lo que le corresponde por edad. Uno de los instrumentos más importantes que utilizamos los pedagogos a la hora de reconocer el retraso madurativo es el Haizea-Llevant. En el se puede ver como el reconocimiento del nombre se produce de los 9 a los 12 meses.

Debido a un retraso madurativo el niño o la niña puede pasar este tiempo y seguir sin reconocer su nombre. Un profesional nos puede ayudar a reconocer el retraso madurativo, pero normalmente viene asociado con otros aspectos como no reconocer la voz, no comer galletas, no decir mamá o papá, no comprender prohibiciones, etc.

Dos nombres

Uno de los errores que cometen los adultos es llamar al niño o niña por sus dos nombres nada más nacer. Incluso puede producirse que su madre lo llame por su nombre y su padre lo llame por el otro. Además se puede ir más lejos, llamándolo por un nombre la familia parte a u otros miembros de la familia, y por el otro nombre el resto.

Esto aunque parece una tontearía y muy evidente, se produce con mucha frecuencia, e incluso el niño o niña llega a la etapa de educación infantil, sin reconocer su propio nombre.

Debemos llamar al niño únicamente por un nombre en los primeros años de vida. A pesar de que tenga dos nombres, deberíamos utilizar uno de ellos, el predominante, para que el pequeño o pequeña no se confunda.

Mi hijo no responde a su nombre debido a la Hiperactividad

Es otra de las posibles causas de que un niño no atienda al nombre. Esto se suele producir en niños con edades superiores a 3 años. Sin embargo, otras señales habrán hecho que antes hayas descubierto la hiperactividad de de tu hijo o hija.

De no ser así, lo mejor es que lleves a tu niño o niña con un profesional. Ellos serán los que determine el trastorno por hiperactividad y que esto sea lo que produce que tu hijo no responda al nombre. A parte de esto verás que tu hijo o hija tiene un ritmo motor elevado, tiene falta de limites o no tiene conciencia del peligro entre otros signos de alerta.

Dificultades en el lenguaje comprensivo

Tener dificultades en la comunicación comprensiva es algo realmente frecuente. Esta asociado a un déficit cognitivo, pero también puede deberse a trastorno de la hiperactividad o déficit de atención. Hay muchas causas para que un niño tenga un déficit en el lenguaje comprensivo.

El lenguaje compresivo es aquel que tenemos todos los seres humanos para comprender todo lo que nos dicen o nos comunican, ya sea a través de las señas o de la mirada. Hay algunos niños que debido a un déficit cognitivo no llegan a comprender a las personas que intentan comunicarles algo.

Solo un profesional de la pedagogía, psicomotricidad relacional o terapeuta ocupacional es capaz de hacer un diagnostico de déficit de atención en la rama de la educación. En la de la medicina un neurólogo podría hacerlo incluso con mayor fundamento que los primeros.

Déficit de atención

El déficit de atención es otra de las dificultades actuales que hay en muchos niños o niñas. Es otro de los trastornos que se aprecia rápido. También se produce en niños y niñas mayores de 3 años, por lo que es posible que durante los primeros años si respondiera al nombre.

Sordera

Es una de las causas más habituales. Solamente un medico o un neurólogo puede diagnosticar si esta es la causa por la que nuestro hijo no responde al nombre. La prueba que se utiliza para ello es los potenciales auditivos evocados.

Esta prueba se realiza después del año de edad, por lo que va a ser una de las primeras que le harán a tu hijo o hija. En este caso, el padre o la madre también puede apreciar otro tipo de signos como la no respuesta a los ruidos o a la voz de la madre o el padre.

Mi hijo no responde a su nombre debido a un Trastorno del espectro autista.

Es la causa más común por la que los padres y madres acuden a la consulta del pedagogo o a ser valorados por el psicomotricista relacional. Es uno de los signos de alarma del autismo, que el niño en ningún momento responda al nombre.

Sin embargo, como siempre decimos, para hablar de autismo tenemos que fijarnos en diferentes signos de alarma. Ninguna persona con TEA tiene una única dificultad. En este sentido, el profesional hará un análisis en profundidad de tu hijo o hija, utilizando pruebas como el M-Chat, ADOS-2 o ADI-R.

Algunos de los signos de alarma que tenemos que estar pendiente además de la respuesta al nombre son la alineación de juguetes, la ecolalia, la mirada, la dificultad en la relación, que camine de puntillas, que no juegue, que repita diálogos de la televisión, que no reconozca a padres y madres, etc.

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